¿Recuerdas a Blockbuster? Fue una cadena internacional de renta de películas y videojuegos, que hoy ha desaparecido. Entre las diferentes razones de su quiebra, resalta su inercia corporativa. No quisieron adoptar lo digital, incluso rechazaron comprar a Netflix cuando aún era un startup.
Sin duda, es fácil creer que esto no va a pasar a ti en tu departamento o compañía. Pero, el mercado es imposible de predecir, incluso con las herramientas más avanzadas. Por ejemplo, la pandemia ha cambiado todos los algoritmos que estudian el comportamiento del consumidor online. Vivimos un periodo de reinvención, y romper con la inercia corporativa es un excelente paso.
En resumen, la inercia corporativa es la resistencia al cambio en una empresa. Puede referirse tanto a un estancamiento operativo, como a siempre hacer lo mismo porque da buenos resultados. La inercia corporativa puede ser positiva o negativa, según su origen y cómo se administra. Sin embargo, casi siempre es dañina.
Por lo general, la inercia organizacional tiene que ver con miedo al fracaso. Intentar algo nuevo conlleva riesgos desconocidos y nadie quiere pagar los platos rotos. Sin embargo, al hacer este proceso transparente, y con expectativas claras, será más fácil que la gente participe.
Durante la investigación, encontramos los siguientes puntos como constantes para resolver la inercia organizacional:
La Asociación Científica de Economía y Dirección de Empresas, en Madrid, España, realizó un estudio estratégico del tema. En resumen, encontraron dos factores claves para la innovación:
Es decir, para romper la inercia en la empresa, los directivos deben estar insatisfechos con los resultados. Por otro lado, si los directivos tienen un alto nivel de complacencia con la situación actual, será difícil que acepten un cambio. También, puede ser que los stakeholders no estén conscientes de lo que está yendo mal (ceguera de taller).
De entrada, es necesario hacer un diagnóstico en nuestra empresa.
Para diagnosticar, puedes hacer una encuesta a tus directivos o stakeholders, para conocer sus razones de resistencia al cambio. Las respuestas varían según la compañía: riesgos de inversión, siempre hemos hecho lo mismo, entre otros. Sin embargo, es importante clasificarlas para poder buscar mejores soluciones.
Estos factores son sólo algunas formas para clasificar las respuestas. Por ejemplo, si los directivos deben consultar constantemente con la CEO antes de decidir, eso es una estructura rígida. Por otro lado, puede que la empresa responda a un cliente importante que no permite cambios actuales. Es común que, si se prestan servicios al gobierno, se deban seguir sus sistemas administrativos, por encima de los de la empresa.
Con los factores de resistencia identificados, puedes decidir por dónde comenzar y cómo.
En esencia, la recomendación es usar objetivos claros y específicos, y medidas con parámetros fáciles. Por ejemplo, si quieres implementar un nuevo CRM en tu empresa porque crees que ahorrará más tiempo (objetivo). Entonces, mapeas los procesos que se ejecutan en el software actual. Después, mides el tiempo que toma cada uno.
Una vez que tengas esos resultados, tendrás material de comparación. Con eso, puedes pasar a la siguiente etapa.
Siguiendo el ejemplo anterior, puedes tomar los mismos parámetros para medir los tiempos de ejecución. Sin embargo, toma en cuenta la curva de aprendizaje. Por lo general, una vez que un software se usa con fluidez, los tiempos de ejecución de procesos pueden caer hasta un 50%.
Al final, tendrás una base de datos sólida para comparar y ver cuál es la mejor decisión a tomar. Ahora, tendrás mucha más información sólida y creíble. Con ello, cualquier decisión que se tome, reduce el estrés personal de tu equipo. Cuando una decisión se toma con transparencia, es más fácil que sea adoptada, incluso por sus detractores.
Por último, existen técnicas estandarizadas que te pueden ayudar con todo el proceso. Algunas de las más populares son:
Casi todas se pueden encontrar y aprender en línea.
Hay una gran diferencia entre la resistencia al cambio y en mantener procesos que funcionan. Por un lado, la inercia organizacional se niega al cambio sin argumentos sólidos. Por ejemplo, decir “siempre lo hemos hecho así” o “ahora tenemos muy buen rendimiento”. En ambas ideas no hay puntos de comparación, ni formas de comprobar que, efectivamente, lo que se hace ahora es mejor.
En cambio, mantener procesos que funcionan debe basarse en argumentos sólidos y datos. Por ejemplo, probaste un nuevo software durante un mes. Al final, te diste cuenta de que los beneficios son marginales y la curva de aprendizaje puede ser larga. Entonces, es lógico que se mantenga lo que ya se hacía.
Sin embargo, se hicieron pruebas, se midieron resultados, y se decidió con base en un proceso de innovación. Al final, lograste el primer paso para romper la inercia organizacional. Ahora, sólo falta encontrar la mejor solución para tu empresa.
The post ¿Qué es la inercia corporativa y cómo superarla? first appeared on LOOPER.
Somos un equipo comprometido a brindarte la mejor experiencia mediante la adaptación de soluciones integrales e innovadoras que contribuyen al desarrollo óptimo de tu cadena de suministro. Nuestra especialidad es el transporte y la logística internacional.